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Salvia, nervio vago y sabiduría milenaria: un diálogo entre Antonio Valenzuela, la Medicina China y la neurociencia moderna—Un susurro vegetal al nervio del alma—

  • Foto del escritor: alvaro ramirez medina
    alvaro ramirez medina
  • 1 jun
  • 5 Min. de lectura

Hay un hilo invisible que conecta el intestino con el corazón, la garganta con el plexo solar, la mirada con el sueño. Un hilo que no es una metáfora, sino una fibra real, fisiológica, palpitante. Se llama nervio vago. Y en su viaje silencioso desde el bulbo raquídeo hasta el abdomen lleva noticias del mundo interno, órdenes de calma, suspiros de tregua.

Antonio Valenzuela dice que basta una planta, una hoja de salvia, para acariciar ese hilo como quien rasguea una cuerda musical. Que no hace falta electricidad ni cirugía para modular el sistema nervioso autónomo, sino canto, frío, ternura… y sí, también una infusión caliente.

Pero lo que él propone desde la fisiología, ya lo cantaban los sabios chinos hace dos mil años con otros nombres. Para ellos, la salvia (Dan Shen), no solo movía la Sangre, también aquietaba el Shen, esa parte del alma que tiembla con el miedo y el deseo. Donde hoy decimos “sistema parasimpático”, ellos hablaban del Corazón cuando está limpio como un lago. Donde hoy se mide la frecuencia cardíaca, ellos palpaban el pulso del espíritu.

Y en ese cruce entre ciencia y tradición, entre neurotransmisores y meridianos, se abre una posibilidad hermosa: la de entender que la salud no siempre llega por la fuerza, sino por la delicadeza. Y que quizás, sí, una hoja de salvia puede ser el primer paso.

1. Lo que dice Antonio Valenzuela sobre la Salvia y el nervio vago

Antonio Valenzuela, fisioterapeuta, docente y divulgador en salud integrativa, se ha convertido en una referencia nacional en lo que respecta a la estimulación del nervio vago, ese gran modulador del sistema nervioso autónomo. En su libro Estimula tu nervio vago (Alienta, 2024) y en múltiples entrevistas, Valenzuela explica cómo este nervio conecta el cerebro con los principales órganos viscerales, regulando la digestión, la inflamación, la frecuencia cardíaca y el equilibrio emocional.

Entre las herramientas naturales que propone para su estimulación destaca el uso de la Salvia, una planta ancestralmente utilizada en la medicina tradicional mediterránea por sus propiedades digestivas, sedantes y adaptógenas. Según Valenzuela, infusiones de salvia (Salvia officinalis) pueden favorecer un estado de calma parasimpática al activar el eje vagal y reducir el tono simpático, es decir, la respuesta al estrés.

Cita representativa de su enfoque:

“Estimular el nervio vago no requiere de tecnología compleja: basta con respirar bien, exponerte al frío de forma consciente, reír, cantar... y recurrir a plantas como la salvia, que actúan sobre el sistema parasimpático devolviéndonos a la calma.”(Antonio Valenzuela, 2024)

2. Qué decía la Medicina Tradicional China sobre la Salvia y otras plantas para calmar el Shen y regular el Qi

Aunque la Salvia officinalis no aparece en los textos clásicos chinos, la familia botánica de las Lamiáceas —aromáticas, tonificantes, digestivas— fue ampliamente reconocida por la Medicina China. La planta más estudiada y usada fue la Salvia miltiorrhiza (丹参, Dan Shen), que aparece ya en el Shen Nong Ben Cao Jing como una hierba que “activa la Sangre y calma el Shen”.

En el lenguaje de la MTC, calmar el Shen significa armonizar la mente-espíritu alojada en el Corazón, que puede alterarse por exceso de Fuego, deficiencia de Yin o perturbación emocional (viento interno, flema mental, vacío de Sangre). El Qi, por su parte, puede estancarse, rebelarse o agotarse, provocando desequilibrios en el eje Bazo-Estómago (digestión) y Hígado (emociones), que son claves en la regulación del sistema autónomo.

Cita clásica del Huang Di Nei Jing:

“Cuando el Shen está perturbado, el Corazón no puede gobernar, y los órganos internos pierden su armonía. Por ello, se calma el Shen para armonizar el Qi y nutrir los cinco órganos.”

3. Análisis integrativo MTC-PNI: el nervio vago como puente entre Shen, digestión e inflamación

Desde la Psiconeuroinmunología (PNI), el nervio vago representa un eje central de regulación entre el cerebro, el intestino y el sistema inmunitario. Su estimulación reduce citoquinas inflamatorias como TNF-α e IL-6, mejora la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV) y potencia la neurogénesis hipocampal.

En MTC, esta función se corresponde con:

  • El eje Shen (Corazón)Hun (Hígado)Yi (Bazo): donde el equilibrio emocional y la digestión son inseparables.

  • La comunicación entre Corazón y Riñón, con el Pericardio como escudo emocional.

  • El estancamiento de Qi hepático como origen de estrés crónico y su somatización digestiva.

Traducción moderna: las plantas que nutren Sangre, calman el Shen o desbloquean el Qi emocional actúan sobre el tono vagal, desde una lectura PNI-MTC.

4. Plantas clásicas de la farmacopea china que calman el Shen y armonizan el eje digestivo

Planta (nombre chino)Nombre botánicoAcción MTCRelación con nervio vago/PNI丹参 (Dan Shen)Salvia miltiorrhizaRefresca Sangre, calma el Shen, activa circulaciónNeuroprotectora, antiinflamatoria, reguladora vagal酸枣仁 (Suan Zao Ren)Ziziphus spinosaNutre Hígado y Corazón, sedanteAnsiolítica, mejora el sueño柏子仁 (Bai Zi Ren)Platycladus orientalisNutre Corazón y Riñón, calma el ShenSedante, modulador del eje HPA合欢皮 (He Huan Pi)Albizia julibrissinCalma el Hun, desbloquea emocionesRelajante emocional, antidepresiva远志 (Yuan Zhi)Polygala tenuifoliaDespeja flema mental, comunica Corazón-RiñónPro-colinérgica, mejora memoria

5. Citas clásicas sobre plantas que regulan mente y cuerpo

“Dan Shen calma el Shen, rompe la estasis, y armoniza el Qi de los cinco órganos. Su uso prolongado aligera el cuerpo y prolonga la vida.”(Shen Nong Ben Cao Jing)“Suan Zao Ren recoge el alma dispersa y asienta los pensamientos; quien la toma duerme sin sobresalto y despierta con claridad.”(Materia Médica de Li Shizhen, siglo XVI)“El Pericardio es el escudo del Corazón; si se abre con Yuan Zhi, el Shen puede regresar a su morada.”(Huang Di Nei Jing)

6. Evidencia científica moderna sobre Salvia officinalis y Salvia miltiorrhiza

Salvia officinalis:

  • Inhibe la acetilcolinesterasa → mejora el tono vagal y la memoria.

  • Disminuye niveles de ansiedad en ensayos clínicos (Perry et al., 2006).

  • Efectos adaptógenos, digestivos, antioxidantes y hormonales.

Salvia miltiorrhiza:

  • Los tanshinones y ácidos salvianólicos tienen propiedades neuroprotectoras, antiinflamatorias, antioxidantes y vasodilatadoras.

  • En estudios animales, mejora la memoria, la neurogénesis y protege frente al daño por isquemia cerebral o estrés oxidativo (Ko et al., 2023).

Ambas especies tienen potencial sinérgico como tónicos del sistema autónomo, relajantes vegetales y moduladores de la respuesta inflamatoria y emocional.

—Y el nervio vago se hizo camino de regreso al cuerpo—

Tal vez lo olvidamos porque vivimos en ciudades donde los nervios no descansan, donde el corazón late al ritmo de las notificaciones, y el intestino se retuerce por no digerir tanto mundo. Pero el cuerpo sabe. Y cuando le damos una pausa, un sorbo de calma, un silencio con aroma a hojas, responde. Porque el nervio vago no es solo una estructura anatómica: es un puente. Entre lo que sentimos y lo que somos. Entre lo que pensamos y lo que hacemos.

Salvia, Suan Zao Ren, Dan Shen... nombres que parecen salmos. Plantas que calman sin entorpecer. Que no duermen, sino que invitan a descansar. Que no suprimen, sino que enseñan a soltar. Como si cada raíz supiera algo que nosotros hemos olvidado: que para volver al centro no hay que luchar, sino aflojar.

Decía el Nei Jing que “cuando el Shen reposa, el Qi se ordena y la Sangre fluye”. Tal vez por eso los antiguos médicos eran también poetas. Porque sabían que curar el cuerpo exige hablarle en el idioma de las metáforas, del ritmo, de la música del sistema nervioso.

Y si alguna vez dudamos de que una planta puede devolvernos al eje, bastará con recordar que hasta los árboles se calman cuando llueve. Que no hay nada más natural que un cuerpo que encuentra su tono. Y que, a veces, la medicina empieza con una taza humeante y un gesto de rendición.



 
 
 

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